Pela y corta la cebolla en trozos (corte tipo mirepoix).
02
Calienta un poco de aceite en una sartén. Cuando esté templado echa la cebolla. Remueve mientras que se va pochando, mantén el fuego medio.
03
Cuando ya esté con un color marrón claro, echa un poco de agua (lo justo para que cubra la cebolla), sube el fuego para llevar a ebullición el
líquido y deja que reduzca.
04
Una vez reducido, apaga el fuego y saca la cebolla y el líquido a un bol.
Nota: puedes probar a colar la cebolla al sacarla, y el líquido resultante usarlo para dar sabor a la carne picada de una hamburguesa.
Le da un toque riquísimo!